José Manuel Arango
Fue un poeta, traductor, filósofo y ensayista colombiano nacido en El Carmen de Víboral en 1937, fallecido en Medellín en 2002. Profesor de lógica simbólica durante más de veinte años en la Universidad de Antioquia. En el decenio de los años 60 residió en los Estados Unidos donde terminó su maestría en filosofía y pudo contemporizar con los principales movimientos poéticos contestatarios de ese momento: Beatniks, Magismo y contracultura hippie. Sin embargo, su poesía buscó raíces más hondas, desde la tradición clásica e hispanoamericana, pasando por la mejor poética anglosajona e incluso del lejano Oriente. Poetas como Walt Whitman, Emily Dickinson, William Carlos Williams, Ezra Pound, Denise Levertov, tuvieron siempre en su obra una profunda ascendencia espiritual y estilística. De ellos, y muchos otros escritores, realizó apreciadas traducciones al español en Colombia.
Sus poemas han sido igualmente vertidos al inglés, alemán, italiano y portugués y, en la actualidad, su reputación entre las nuevas generaciones alcanza cada vez mayor reconocimiento e influencia. En vida fundó revistas de gran prestigio como Acuarimántima (1973-1982), Poesía (1986-1989) y Deshora (1996-2002). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía por reconocimiento de la Universidad de Antioquia en 1988 y otras distinciones a su vida y obra.
Libro Poesía completa: lecturas realizadas
Éste lugar de la noche, Ascensión a la montaña, La emboscada, Paraíso, Regreso, Escritura, Alegría de los sentidos, Ciudad, Ella viene, Baila conmigo muchacha, Gallinazos y Una señal.
Jorge Zalamea
(Bogotá, 8 de mayo de 1905 - 10 de mayo de 1969) fue un poeta, ensayista y político colombiano. Es considerado como el escritor más polémico de su época. Tuvo una interpretación muy característica de la cultura y del quehacer del intelectual, según la cual, las cuestiones fundamentales de la cultura no se cierran en el orden ideal y superior del espíritu, sino que son de índole social y están ligadas íntimamente a los asuntos materiales, como la tenencia de la tierra, el trabajo, la propiedad privada.
Fragmento leído “El sueño de las escalinatas”
“Detrás está la ciudad: henchida, clueca, erizada de cúpulas, minaretes y terrazas, empollando sus muchos siglos; rumiando su pasado, tal una vaca bajo el bordoneo de los tábanos; pasando y repasando su rosario de lunas y de soles a la manera de un fakir encenizado; censando sus caudillos, sus khanes, emires, emperadores y gobernadores; empadronando sus hechiceros, sus brahmines, sus lamas, y sus imanes; haciendo balance de invasores y contabilidad de lenguas; recitando crónicas, anales y memorias de pestes, incendios, deslizamientos, inundaciones, terremotos, tifones, sequías, guerras y hambrunas; suputando sus muertos que descienden hacia el Río e inventariando sus recién nacidos que suben hacia el hambre.En la confusión de los elementos —cuando el aire, el fuego, las aguas y la tierra eran todavía un común hervor—, surgió del légamo el lígam legatario y esparció su quemante esperma, confirmando las inciertas riberas, dando cauce al río y engendrando la ciudad. Unas cuevas en las escarpadas orillas, unos montoncillos de adobes más arriba, tal fue su origen, su remoto comienzo”.
Gabriel Jaime Franco
poeta colombiano , cofundador del Festival Internacional de Poesía de Medellín, nacido en Medellín en 1956. En compañía del poeta Fernando Rendón, ha desarrollado una valiosa labor de difusión de la poesía contemporánea del mundo y del país. Es la suya una voz definida entre la incertidumbre metafísica y el testimonio de la oscura realidad social vivida en Colombia durante los últimos decenios. Sus textos han sido traducidos al inglés, alemán, francés y sueco.
Fragmento leído “Diario del incierto”
“Persiste en mí la impresión de que soy un hombre,la extraña sensación de ser una persona, pues hago cosas que se hacen:dormir, creer que soy, leer unas noticias que pre-sé, girar la cabeza a la mención de un nombre que creo o que quizás sea el mío: pues podría llamarme, en lugar de G o B, R. ¡R! ¡L, también, en Gales o Pernambuco! Cosas así. Pues si todos hacemos más o menos lo mismo, ¿por qué yo sería? ¿Por qué razón misteriosa podría decir alguien G o H, y algo que sólo por falta de palabras llamaría yo girara su maldita cabeza? Lo que me extraña es que pueda participar de esa condición si voy sin raíces por el mundo”.
Jaime Jaramillo Escobar
(Pueblo Rico, 1932) es un poeta colombiano conocido también por su seudónimo X-504. Co-fundó con Gonzalo Arango y otros escritores el nadaísmo, movimiento de índole contestataria que cambió la percepción de la literatura y el arte colombianos a mediados de los años 60. Su propia obra se caracteriza por la ironía, el sarcasmo, los juegos paródicos del lenguaje popular, la irreverencia y el tono sentencioso con el que satiriza la sociedad y sus instituciones.
Fragmento leído “Alheña y Azúmbar”
“La digestión de la pulpa de coco demora cuarenta días y cuarenta noches. Ni mucho, ni poco. Al plátano hartón de cáscara roja le falta un grado para ser veneno. Compadre, no coma coco. Si se ha comido banano y se tomado ron, muerte segura. Nadie comió. Ni yo tampoco. La pepita de la pitahaya si la comes no la muerdas, si la muerdes no la tragues; si la tragas, allá tú. La pepita de la granadilla si la tragas se te embucha. Para que no se te embuche, mejor que no comas mucha. La pepita de la granada no es como la de la granadilla .La pepita de la guayaba no es como la de la granada. Y la pepita de la papaya no es como la de la guayaba .Es como la de la papayuela, pero más dulce”.
Nadaísmo
En Medellín, una de las ciudades más tradicionales de Colombia, apareció en 1958, en la papelería y tipografía Amistad, un folleto de 42 páginas titulado Manifiesto Nadaísta, firmado por gonzaloarango (sic). El diseño de los títulos era pueril y varias de las ideas perfectamente razonables. Pero a partir de allí un vasto movimiento de agitación intelectual iba a ocupar un papel preponderante en el panorama cultural colombiano.
"El Nadaísmo, en un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico consciente entre los estados pasivos del espíritu y la cultura", anunciaba la primera página del texto, el cual procedía luego, aduciendo en su respaldo citas o menciones de Mallarmé y Sartre, Breton, Kierkegaard, Kafka, Gide y Spencer, a formular un vasto programa de subversión cultural (estético, social y religioso) que, apoyándose en la duda y en los elementos no racionales, y teniendo como armas principales la negación y la irreverencia, el desvertebramiento de la prosa y el inconformismo continuo, buscaba el cuestionamiento de una sociedad, la colombiana, en la cual "la mentira está convertida en orden"1.
Había, ciertamente, elementos de gran validez en esa formulación y una conciencia muy aguda de sus limitaciones: "La lucha será desigual considerando el poder concentrado de que disponen nuestros enemigos: la economía del país, las universidades, la religión, la prensa y demás vehículos de expresión del pensamiento. Y además, la deprimente ignorancia del pueblo colombiano y su reverente credulidad a los mitos que lo sumen en un lastimoso oscurantismo (...). Ante empresa de tan grandes proporciones, renunciamos a destruir el orden establecido. Somos impotentes. La aspiración fundamental del nadaísmo es desacreditar ese orden".
Esta generación "frustrada, indiferente y solitaria", como se autocalificaba, que coqueteaba con el suicidio y encontraba en La náusea de Sartre su Biblia, se proponía en consecuencia "no dejar una fe intacta, ni un ídolo en su sitio", mediante una actitud iconoclasta que se expresaría simultáneamente en dos campos: el literario y el vital. El primero gracias a la revista Nada, anunciado órgano del movimiento que sólo habría de volverse realidad doce años después con la aparición de Nadaísmo 70 (8 números entre 1970 y 1971), y lo segundo a través de un comportamiento humano abierto y en ocasiones desenfrenado que ya desde el primer momento buscaba mediante su vinculación con los jóvenes, los coca-colos de entonces, una vasta irradiación.
Este combate, que tomaba en cuenta tanto las precarias condiciones de la educación colombiana como las limitaciones de una literatura oscilante entre lo folklórico y lo regional (combate condenado de antemano tanto por los defensores de "lo autóctono" como por los partidarios de "la realidad histórica y social"), tenía el atractivo de presentarse como algo exento de dogmas. Apertura que hallaba su punto de partida no en una idea abstracta sino en una realidad exacerbadamente personal. Así las páginas finales estaban dedicadas a un bastante narcisista "Esquema para una definición de mi existencia", en el cual gonzaloarango a los 26 años (tenía, en verdad, dos más) repasaba, a todos sus niveles, su vida, para concluir en una esperanza de superación mediante una nueva fe y una nueva belleza ("-El Nadaísmo-. Mi última oportunidad"), como no dejaba de proclamar, en tono algo melodramático.
Más valiosas en realidad resultaban las líneas finales del citado Manifiesto, en las cuales, preguntándose hasta dónde llegarían, respondía en forma premonitoria: "El fin no importa desde el punto de vista de la lucha. Porque no llegar es también el cumplimiento de un destino". Esta permanente indefinición es la que a lo largo de los años les ha permitido continuar en la brega. Las 12 líneas que monsieur Larousse (según dicen ellos) les pidió para su diccionario nunca fueron escritas y en dicho humor, exasperante para los hombres de una sola pieza, reside quizá una de las mayores virtudes de este movimiento, en ocasiones singularmente creativo y en otras completamente errático y, lo que es más grave, filosofante y trascendental, como lo atestiguan varias disquisiciones "humanísticas" y "metafísicas" de su fundador.
Fundadores
Gonzalo Arango
Había nacido en Andes, Antioquia, el 18 de enero de 1931, en medio de una familia puritana de provincia. Clase media burguesa, anota él mismo. Su padre, telegrafista primero y más tarde burócrata conservador, ganaba a su muerte, en 1953, 300 pesos mensuales para sostener trece hijos. Estudiante de primaria con los Hermanos Cristianos y más tarde estudiante de bachillerato en el Liceo Antioqueño de la Universidad de Antioquia, donde tuvo como compañero al pintor Fernando Botero, Gonzalo Arango alcanzó hasta tercer año de derecho en la citada universidad, abandonando su carrera, según diría más tarde, debido a cierta inclinación suya a torcerlo todo.
Profesor de literatura y bibliotecario en la ya mencionada universidad, sus primeras colaboraciones aparecen en el suplemento literario de El Colombiano, periódico conservador cuyo suplemento dirigía Eddy Torres. Allí escribe reseñas convencionales, como la que el 6 de octubre de 1955 dedica a analizar la influencia de Mientras agonizo de William Faulkner en La hojarasca de Gabriel García Márquez, a la cual sin embargo elogia de modo caluroso.
Se había unido antes, en 1953, al MAN, la tercera fuerza que el entonces presidente de la república por golpe militar, el general Gustavo Rojas Pinilla, promovió, en contra de los dos partidos tradicionales, liberal y conservador. Corresponsal del periódico La Paz, órgano de dicho movimiento, y miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente, el 10 de mayo de 1957, al caer la dictadura dé Rojas Pinilla, quien mediante dicha Asamblea quería legalizar su permanencia en el poder, se pide, entre otras cosas, que la cabeza de Gonzalo Arango cuelgue de las rejas de la Avenida Junín, en Medellín. 0pta, entonces, por un discreto exilio en el Valle del Cauca, en Cali, donde redacta el Primer manifiesto, el cual conlleva también un viraje suyo en el campo político. Alaba allí la juventud que el 10 de mayo "aportó su sangre y el sentido heroico del sacrificio para derrumbar una tiranía castrense que al fin de cuentas fue una vergüenza que defraudó la fe de los colombianos y cubrió de ignominia la libertad y la cultura"2. Primera de sus varias autocríticas.
Sólo que sus vaivenes ideológicos iban a desaparecer muy pronto tras el estruendo de sus primeros escándalos: convoca a sus amigos al parque Berrío de Medellín y luego de leer un discurso escrito en papel toilette, discurso en que elogiaba a Pablo Alquinta, jinete del popular concurso hípico del 5 y 6, en detrimento de Miguel de Cervantes, procede a quemar los libros de su biblioteca. Acto semejante, o el mismo acto -la crónica, infortunadamente, no es muy exacta-, se repite en el atrio de la Universidad de Antioquia, como parricidio simbólico enfrente de su propia casa de estudios, y en uno de ellos arroja al fuego el manuscrito de su primera novela, Después del hombre, escrita en un interregno campesino de dos años durante su trunca carrera de derecho.
Poema Revolución de Gonzalo Arango
Una mano
más una mano
no son dos manos
Son manos unidas
Une tu mano
a nuestras manos
para que el mundo
no esté en pocas manos
sino en todas las manos
Eduardo Escobar
Es un poeta, periodista y escritor colombiano. Nacido el 20 de diciembre de 1943 en Envigado (Antioquia), es cofundador del movimiento literario Nadaísta en 1958, junto a Jotamario Arbeláez, Gonzalo Arango, Amílcar Osorio y Alberto Escobar Ángel, entre otros.
Realizó sus estudios en el Seminario de Misiones de Yarumal. Ha publicado varios libros de poemas y ensayos, entre los que se destacan: Invención de la uva (1966), Del embrión a la embriaguez (1969), Cuac (1970), Confesión mínima (1975), Correspondencia violada (1980), Nadaísmo crónico y demás epidemias (1991) y Ensayos e Intentos (2001).
Como columnista en el diario El Tiempo obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 2000, por su columna llamada Contravía que publica desde hace más de 20 años. Además ha escrito en otras publicaciones como El Espectador, revista Cambio y revista SoHo.
Fragmento de poema
Busqué a Dios
Busqué a Dios con sinceridad y paciencia
En el directorio telefónico
En aguas mansas y turbias
Y en las precipitaciones de agua
Lo busqué en la ausencia de lo que amamos
Y en los desperfectos de nuestra mansedumbre
Me fui tras él por ciudades pequeñas
Busqué su fotografía cada mañana en los periódicos
Amé en la risa de las muchachas su risa
Y en la mirada de mi prójimo
Encontré muerte en todas partes
Pero buscar es lo que importa.
Jaime Jaramillo Escobar
(Pueblo Rico, 1932) es un poeta colombiano conocido también por su seudónimo X-504. Co-fundó con Gonzalo Arango y otros escritores el nadaísmo, movimiento de índole contestataria que cambió la percepción de la literatura y el arte colombianos a mediados de los años 60. Su propia obra se caracteriza por la ironía, el sarcasmo, los juegos paródicos del lenguaje popular, la irreverencia y el tono sentencioso con el que satiriza la sociedad y sus instituciones.
Premios
• Premio nadaísta de poesía Cassius Clay, 1967
• Premio nacional de poesía Eduardo Cote Lamus, 1983
• Premio nacional de poesía Universidad de Antioquia, 1983
Ha recibido numerosos homenajes y su obra ha sido profusamente antologada, estudiada y difundida en distintos libros, revistas, periódicos y medios audiovisuales. Por más de dos décadas ha ejercido como maestro tallerista de jóvenes poetas en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.
Obras publicadas
• Poemas de la Ofensa (1968).
• Extracto de poesía (1982).
• Sombrero de Ahogado (1983).
• Poemas de tierra caliente (1985).
• Selecta (Antología,1987).
• Alheña y Azúmbar (1988).
• Poemas Principales (2000).
• El ensayo en Antioquia (2003).
• Barba Jacob para hechizados (ensayo, 2005).
• Método fácil y rápido para ser poeta (ensayos sobre la creación poética, 2005).
Proverbios de los charlatanes
Cuando un desconocido se encuentra con otro desconocido
o lo mata o le pregunta algo,
los charlatanes pueden alargar indeterminadamente
la conversación
a fin de alargar con ella la vida,
pues la defensa se permite... a quien puede defenderse.
Contra la Muerte no cabe nada, ni siquiera disfrazarse:
no por estar pintado el Faraón la Muerte no se lo va a comer.
De modo que no queda más que prolongar la conversación
Ininterrumpidamente.
Jotamario Arbeláez
Nació en Cali, Colombia, en 1940. Destacado representante y cofundador del movimiento nadaísta colombiano. Desde su primer libro, El profeta en su casa (1966), Jotamario demostró la ironía y la mordacidad que había asimilado a través de sus lecturas de los creadores surrealistas. En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Oveja Negra y Golpe de Dados, con Mi reino por este mundo (1981). Otros libros publicados: El libro rojo de rojas (1970), en colaboración con Elmo Valencia; la antología Doce poetas nadaístas de los últimos días (1986) y El espíritu erótico (1990), antología poética y pictórica realizada junto con Fernando Guinard. En 1985 ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura con La casa de la memoria.
Vulva
Henos por fin en el lugar de los hechos.
Púrpura y arremolinada como Maiacovski,
allí también la anatomía se ha vuelto loca.
Surco bestial
y creador de enervamiento.
la estalactita canta durante la noche
restregada por mi pata de grillo.
Y más adentro sensaciones:
calor,
óxido húmedo,
rasguño.
rozadura,
pequeños aletazos.
Y el olor de oro de mar
en la nevera.
PEDRO BLAS JULIO ROMERO
A los 8 años ganó su primer premio con un poema y un dibujo, alentado por la erudición de su tío Pedro Florez, e inspirado en la vida febril de Getsemaní, el antiguo barrio cartagenero de esclavos negros que le vio nacer, un 30 de enero de 1949. Hijo único de Inés Romero, negra descendiente de dominicanos, y Clemente Julio, capitçan de barco. Pedro Blas habría de conocer muy pronto el dolor de la discriminación: Aunque plebeyo yo era sacristán, dizque para pagar la pena/ de ser hijo natural./Eran esos tiempos de mi barrio Getsemaní/ todavía de barro caliente y negro/. Esa discriminación social y racial será la gran bestia contra la cual partirá todas sus lanzas este poeta-guerrero. Antes de terminar la secundaria, y después de prestar el servicio militar, desde cuyos calabozos publicaría sus célebres Cartas del soldado desconocido (1971), se embarcó en el primero de tres períodos de navegación por mar, cambiando la enseñanza de tiza y tablero por la Rosa de los Vientos, única curación posible de su sed de espacios abiertos. Es en estos largos viajes por el desierto que el poeta se nutrirá de toda la cultura de su tiempo, inscribiéndose en las grandes corrientes filosóficas y artísticas como el existencialismo sartreano y el surrealismo de Breton. En su patria, el poeta siente de inmediato el llamado del Nadaísmo, con Jaime Jaramillo Escobar como su gurú y editor. El 1988 publica Poemas de la Calle Lomba en donde estampa en 24 poemas los personajes, los lugares y las historias de su Gimaní entrañable: Colonos bíblicos lo bendijeron en huerto/ pero era Isla,/poema y lodo,/ lodo fuerte antediluviano. En el mismo año del último de sus periplos marineros, 1993, conquista el Premio Nacional de Poesía con el poemario Rumbos, cuya edición se malogró en manos de la burocracia. Reconocido y amado por miles de cartageneros con quienes se cruza todos los días en las calles –aunque ignorado por críticos y editores-, Pedro Blas Julio Romero, albatros torpe en tierra, siempre está de paso, esperando su retorno al mar. En un desordenado nido de papeles y entre miles de versos que pugnan por salir a la luz, hay otros tres libros en preparación, quizá los más importantes: Poemas de navegación, que recoge su gran aventura marinera; Poesía negra, acompañado de tambores yoruba; y Poesía sin tiempo, con cantos a Poe, Miller, Vallejo y Artaud, entre otros.
Fragmento Cartas del soldado desconocido
“Queridos hermanos:
Creo que ya es demasiado tarde para deciros lo mismo cuando vosotros mismos os habéis enterado de que el planeta no es más que una parodia de martirio, circo de los dioses”.
Armando Romero
Es uno de los poetas del nadaísmo, narrador, ensayista, traductor y profesor universitario de Colombia, nacido en Cali en 1944. Ha residido en diferentes países de Europa y América. De su obra la crítica subraya no sólo la calidad formal y temática sino además, el sustrato fantástico y el tratamiento imaginativo de un lenguaje siempre a la vanguardia.
Premios
• Premio a mejor novela (La rueda de Chicago), Latino Book Festival, New York, 2005
• Título Charles Phelps Taft Professor, Universidad de Cincinnati, 2007
• Doctor Honoris Causa, Universidad de Atenas, Grecia, 2008
Obras
• El demonio y su mano (Caracas, 1975)
• Los móviles del sueño (Mérida, 1976
• El poeta de vidrio (Caracas, 1976)
• La casa de los vespertilios (Caracas, 1982)
• Las palabras están en situación (Bogotá, 1985)
• El nadaismo o la búsqueda de una vanguardia (Bogotá, 1988)
• Las combinaciones debidas (Buenos Aires, 1989)
• Gente de pluma (Madrid, 1989)
• A rienda suelta (Buenos Aires, 1991)
• La esquina del movimiento (Caracas, 1992)
• Un día entre las cruces (Bogotá, 1993)
• La piel por la piel (Caracas, 1997)
• Lenguas de juego (Caracas, 1998)
• Cuatro líneas (México, 2002)
• La rueda de Chicago (Bogotá, 2004)
• A vista del tiempo (Medellín, 2005)
• El árbol digital y otros poemas (Bogotá, 2009)
Fragmento del libro: El poeta de Vidrio (Caracas: Fundarte, 1979)
LA NOCHE REGRESO A MI BOLSILLO
“Extrañas mañanas ha repartido el lechero
Las sábanas, las cobijas, caen pesadamente por el suelo
Los sueños y las pesadillas huyen con sus carcajadas de aves submarinas
Los ojos acostumbran la claridad reconociendo huellas olvidadas por ángeles guardianes
-Alguien amanecerá limpiándose los huesos con su larga lengua de cristal-
Extrañas mañanas ha repartido el lechero”
Mario Rivero
Quien luego ha precisado sus distancias en relación con el grupo, vio surgir sus primeros poemas dentro de la renovación propicia da por el nadaísmo. Allí nos ofrecía las visiones iniciales del aturdidor bullido de la vida urbana, dentro del cual los inmigrantes campesinos y las nuevas clases sociales desplazaban a las antiguas jerarquías. En un clima afín al de la poesía. norteamericana, él comenzó a nombrar, con limpidez elástica, los seres de hoy y sus odiseas banales. Un mundo de fábricas y suburbios, de burócratas y avisos de neón, de barrio bajo y estrellas de cine.
Con razón su primer libro se titulaba Poemas urbanos (1966). Al publicar su segundo, Noticiario 67, un volumen secundario dentro de su producción, Rivero insertó en mitad de él un texto, "El poeta habla de sí mismo", en el cual esboza su poética. Dice allí: "Mi participación en el quehacer poético tiene el carácter de irregular. Se deduce de la forma de mi poesía amétrica y prosaica y de su tono contenido y directo, que anuncia una voluntad poética nueva... Son versos antideclamatorios. Duros, sin ritmo. Que afrentan la poesía convencional". Y agrega: "Se trata de escribir con claridad. De preferir la palabra común a la palabra ampulosa y ornamental. Se trata ante todo de ser directo... Es como si no hubiera tiempo para ser inteligente".
Incorporó también al verso la letra de las canciones populares -tangos y boleros- y algo de la luminosidad estática del cine -no la película, sino el afiche que lo anuncia; no la actriz actuando, sino fija en la carátula de una revista- para contrastar así lo gris de esas existencias con sus sueños también prefabricados: esos romances anodinos y esas muertes anónimas. Logró, más tarde, una poesía conversacional y fluida, nunca quisquillosa ante el desorden de un país improvisado, sino aprovechándose, por el contrario, de su hervor y colorido. Del mal gusto de su desgas te diario.
Poesía hecha con la vista, impregnada de ruidos, golpeada por los gritos de los vendedores callejeros, sudorosa y cursi, el sentimentalismo que la distingue muestra a nivel humano las dimensiones de una historia toda hecha de propósitos irrealiza dos.
Esa coexistencia de niveles tanto populares como cultos -los de un obrero que comienza a leer libros y se siente fascinado por los medios de comunicación masiva- y su final unificación mediante un lenguaje en el cual la nostalgia se adelgaza, vuelta ya poesía narrativa, hacen de Rivero el "cuenta-cosas" de este período: fotos y postales callejeras que narran lo que pasó, lo que está pasando, lo que ya dejó de existir, efímeras como un periódico. Gracias a su voluntad de apresar lo que sucede, él logró, desde sus comienzos con el nadaísmo, atrapar las verdaderas calles por las cuales transitamos. Ese bazar maloliente, hecho de smog y perfumes baratos.
Un habitante
Este hombre no tiene nada qué hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas
y siestas en la hierba.
Va hacia algún lugar
con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga
"Entre Usted"
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos
la lista de empleos
No desea más que dónde descansar
uno por uno sus poros
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos
o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos
que fabrica la lluvia feliz
Y dentro en la tibieza
las bocas sonríen a la medianoche
algunos se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles
y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza.
Piedracielismo
Otro movimiento de la poesía colombiana, es el Piedracielismo, surgido en 1933, fecha en que bajo el nombre de Piedra y Cielo (Nombre que evoca un libro de Juan Ramón Jimenez) se publican unos cuadernos de poesía, dirigidos por el poeta Jorge Rojas (1911-1995), cuadernos en que empiezan a colaborar quienes más tarde integrarían el Piedracielismo. Su promotor, Eduardo Carranza (1912-1985), enfrentado al parnasianismo imperante de Guillermo Valencia, se lanza pluma en ristre contra el maestro, creando un nuevo entusiasmo lírico nacional con imágenes tan sorprendentes como «el arroyuelo azul en la cabeza» de la musa inspiradora de su más declamado soneto «Teresa». por esa razón fue muy importante este movimiento para la region colombiana.
Jorge Rojas
(Santa Rosa de Viterbo, 20 de noviembre de 1911 - 1995). Escritor colombiano, abogado, fundador del grupo Piedra y Cielo (1935) y patrocinador de la revista del mismo nombre. Su primera obra poética "La Forma de su Huida" (1939) revela el culto a Juan Ramón Jiménez, que se extiende a Pablo Neruda. Su poesía se torna americanista, y adquiere un tono intimista y sensual en "La Ciudad Sumergida" (1939), "Rosa de Agua" (1941), "Soledades" (1948), "La Doncella de Agua" —drama teatral en verso— (1948), "Cárcel de Amor" (1976). En su último poemario "Huellas" (1993), demostró el conocimiento de la poesía clásica y romántica españolas y retomó con madurez sus tópicos favoritos: el transcurrir doloroso del tiempo, la muerte y el amor, con precisión admirable, en versos de acabada factura y en un ambiente poético de sueño. Fue el fundador, en 1969, y primer director del Instituto Colombiano de Cultura COLCULTURA, hoy Ministerio de la Cultura, e iniciador de la publicación de importantes obras de autores colombianos en ediciones de bolsillo a precios populares.
Entre las muchas cosas que hizo Jorge Rojas, podemos destacar la donación del terreno para la contrucción de la Iglesia y el Colegio de Quiba. Quiba es una hermosa población ubicada al sur de Bogotá en la parte rural de Ciudad Bolívar (Bogotá) de la cual el poeta se expresó así: "Quiba que en Chibcha significa “Bosque Hermoso” y también “Mirador”, permite ver algunos de los árboles nativos que han dado sombra a través de los siglos...".
Fragmento Poema Cuerpo En La Oscuridad de Jorge Rojas
Te adivino tendida
bajo la leve túnica
de aroma que te cubre,
mientras el sueño mide
el espacio profundo
que hay del párpado al alma.
Respiración y nieve
hacen bajo el perfume
invisibles colinas;
la oscuridad me llena,
la ansiedad de tus formas:
montes de lilas pálidas,
desmayadas palomas.
Autoevaluación del curso
La clase de hoy me pareció muy interesante pues escuchamos algunos fragmentos de autores nadaístas, alguno fueron graciosos y otros tenían una gran connotación histórica que se necesitaba saber para poder comprender el poema.
Realizamos una investigación en la biblioteca sobre los conceptos de nadaísmo y Piedracielismo, lo que no me pareció es que en la biblioteca de la universidad no halla diccionarios nuevos ni suficientes para realizar una buena indagación.
Espero que la clase siga siendo así de buena y se siga manejando la misma metodología que se ha estado manejando en estos días.
Cibergrafía
www.wikipedia.com
http://www.poemasde.net/revolucion-gonzalo-arango/
http://lablaa.org/blaavirtual/literatura/hispo/hispo10b.htm
http://meridiano75.blogspot.com/2008/03/dos-poemas-de-pedro-blas-julio-romero.html
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/arbelaez.html
http://poiesologia.com/poema.php?codigo=952
http://www.poemasde.net/cuerpo-en-la-oscuridad-jorge-rojas/
miércoles, 18 de agosto de 2010
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