viernes, 23 de octubre de 2009

PRODUCÌÒN DE TEXTO











REPORTAJE






POLICARPA Y SU DESEO DE LIBERTAD


Policarpa salavarrieta vive en el barrio Robledales, le encanta el cine y es una enamorada de la vida, así es como ella se define.
“Entonces, nos quedamos mirándonos la cara” me dijo, yo le respondí “profe, la verdad no sé por dónde empezar”, “tranquila, empiece a preguntarme, a mi me gusta conversar, no responder cuestionarios, es mejor de manera más natural”.
Ella no es la amante de Alejandro Sabaraín ni mucho menos, es una mujer flexible, tierna, con un corazón de oro de una calidad humana incomparable, su nombre no es Policarpa, un amigo le puso así por ser la “abogada de los pobres”, ella es Nubia Amparo Mesa.
Periodista desde hace 23 años al igual que su estado de casada.
Se graduó en 1984 de Periodismo de la Universidad de Antioquia, continuando un estudio de inglés. En 1986 empezó su vida laboral en el noticiero económico Antioqueño, una cadena independiente pero que le sirvió de catapulta a su profesión, “una amiga me dijo que estaban buscando periodistas para presentar una asamblea, luego J Enrique Ríos nos dijo que iba a dejar sólo una y me eligió a mí”, cuenta Nubia.
Nubia tiene experiencia por doquier ha trabajado de reportera en el Clarín, Colmundo Radio, Todelar, Súper y RCN, todos noticieros de radio, durante 15 años trabajó en Comfama, donde realizó todas las labores del periodismo.

SU HISTORIA DE AMOR
Parece una historia loca, inimaginable, atrevida, audaz, sincera, pecaminosa para muchos, pero hermosa para otros. Cuando llevaba seis meses de noviazgo se casó con Mario Oquendo, un músico graduado del conservatorio de música de la Universidad de Antioquia, el cual ha hecho que ella se sienta la mujer más feliz del mundo, la consiente y descubre en ella lo que los demás no han podido descubrir, pues, él se fija en esos pequeños detalles que Nubia tiene.
“Nos casamos en una pobreza absoluta” afirma ella con una mirada de adolescente enamorada, suspirando amor por doquier y con una cara de ponqué que ni ella misma se lo cree.
Ella lo dio todo por amor, así que se fueron a vivir en una pequeña casa campestre ubicada en el barrio San Cristóbal, no tenían camas, pero eso no importaba, se tenían el uno al otro. Sus grandes amigos le regalaban cosas, una les dio un fogón, otra se robó unas ollas de la casa y ellos con su afán de estar juntos se robaron unos bombillos de la universidad, necesitaban algo que diera luz no sólo a sus cuadros, sino también, a ese nidito de amor, pues con la de sus corazones no era suficiente.
“Cuando estaba en la universidad, me decían que yo era muy sexiy uno se va creyendo el cuento, hasta que un día Mario me dijo: que pena, pero usted no es sexy, usted es la más tierna del mundo, lo que quiere es ser mamá y casarse” con éstas palabras Nubia supo que Mario era el hombre indicado, el amor de su vida y el dueño de su corazón.
Ésta unión tuvo sus frutos, o más bien su fruto, Ana María. Ella tiene 21 años y estudia Diseño Gráfico en la UPB, aunque es la hija de papi y mami, ellos siempre le han enseñado a ser autónoma y a tomar sus propia decisiones.
Nubia se muere por ser abuela, quiere dejar salir a flote ese instinto maternal, que sólo tiene con su hija, pues con los demás niños es muy seca, menos melosa, le encantaría enseñarle el mundo a su nieta así como se lo enseño a su Ana.
Ella espera que su hija termine la carrera, de igual modo espera que el amor de pareja se siga alimentado cada día más.
Según Nubia la clave del amor de ellos es que siempre han sido parceros, amigos, compañeros, cómplices, etc. define el amor como el descubrimiento que hace de nosotros la otra persona, de aquel detalle que los demás no perciben.

LIBREMENTE POLICARPA
Nubia nació en Medellín y aunque no revela su edad, dice que está muy bien conservada. Al hablar de sus padres lo hace con un tono de profundo orgullo, pues gracias a ellos está donde está.
Ella es hija de Luis, un Tendero de 81 años residente en el barrio Campo Valdez, fue arriero y llego a tener un taller de talabartería, el cual lo dejó lisiado de los tres dedos de su mano derecha, motivo por el cual decidió venirse de Santa Rosa de Osos.
Su mamá Berta nació en el campo, fue modista y tenía una sensibilidad increíble, esto lo plasmaba en sus prendas, siempre le recalco a sus hijas que debían estar muy bien presentadas, legado que Nubia siguió perfectamente.
En total son dos hijas mujeres: Nubia es la mayor, aunque algunas veces ella se sintió fea, ya que, se comparaba con su hermana, la cual era rubia y cari bonita, ella en cambio era morena, de piernas largas, “mi mamá me decía que parecía una garza” afortunadamente tuvo a alguien que la ayudo a salir de éste problema.
Nubia es una enamorada de la vida, le gusta el cine, es una amante de la libertad y no del libertador, le encanta sentirse viva, a veces sola, le apasiona leer tanto como la literatura.
Se levanta a las 5:00 am a veces antes, se sienta un rato en el computador a revisar todo lo referente al noticiero de la Fundación Universitaria Luis Amigó, excepto cuando tiene clase de 6:00 am en la misma, desayunar y sale a cumplir con su itinerario. Entre las 5 y las 6:00 pm se va a tomar un café con sus amigos de ocasión para conversar, si ésta sola observa la ciudad, le encanta ver el morir del día y el nacer de la noche, luego lee un poco, después llega a su casa, hace la comida y se acuesta a las 9:00 pm más o menos, no le gusta trasnochar, en cambio, prefiere madrugar.
Ella es una “gozadora de la vida”, le encanta hacer deporte, por lo cual, ingresó al grupo “los Patianchos”, con ellos sale a caminar, trotar, pero sin duda una de sus actividades favoritas es escalar montañas pues la hacen sentir libre y Nubia ama la libertad.
Fue por ésta razón que obtuvo un pequeño terreno en la vereda el Placebo, perteneciente al corregimiento de Santa Elena, allí va los fines de semana cuando se quiere relajar, tiene claro que siempre será citadina y no se volverá campesina, lo que quiere es estar lejos de todo por un momento, volver a la simplicidad, tener libertad y sentirse parte de la naturaleza, sentirse de nuevo dentro de ella.
Le molestan las injusticia, “una vez salí de Comfama y había un policía requisando a un joven, cuando de un momento a otro le pegó, yo me le acerqué y le dije:¿Por qué le pega? Y él me contestó: vea señora hágame el favor y se me retira, yo estoy cumpliendo con mi labor, si ve por eso es que las matan. Yo le dije: es que yo no le estoy diciendo que no cumpla con su deber, sino, que esa no es la manera de cumplirla o es que usted está armado, le pregunte al joven que si llevaba un arma y él me dijo que no, el policía soltó al muchacho y se fue.”
A esta mujer de armas tomar le encanta la literatura, su libro favorito es El Túnel de Ernesto Sábato, porque es allí donde reflexiona sobre el amor, y le deja como conclusión que el hombre a veces mata a lo que más ama, porque no sabe amar, porque cree que amar es poseer.
Ésta mujer es polifacética, escribe desde crónicas hasta poemas, actualmente se encuentra en un grupo literario llamado el aprendiz de Brujo, ya publicaron su primer libro “Primer Conjuro”, ahí aparece un cuento suyo, el cual es sobre una modista, todo esto como homenaje a su madre y a aquellas mujeres que plasman todo ese arte en las prendas que confeccionan.
La vida le ha dado a Nubia grandes bendiciones, una de ellas es no estar a los 40 años con una grabadora periodística, entrevistando a alguien, le ha permitido iniciar en su vida el proyecto de escritora, para el cual se está preparando mucho.
Así Nubia se convierte en un ejemplo para los nuevos periodistas, dejándonos como reflexión que vale más ser humano que famoso, cuando eres humano piensas por ti mismo, cuando eres famoso dejas que los demás piensen por ti.










1 comentario:

Adriana Arroyave dijo...

Paola, a pesar de que tu texto goza de buena extura discursiva para ser un reportaje está un poco extenso, hay pasajes que pudieron pulirse un poco (hisoria de amor).